16 de enero de 2006

Donde se Encuentra D.

Alguna vez pensé que el concepto que representa el Nirvana era muy deprimente. El vacío absoluto, la desaparición total. Era una de las razones por las que el budismo no me llamara la atención como religión.

El Arte de la Compasión por el Dalai Lama, hace énfasis en la meditación sobre el vacío y en el vacío. Pensaba yo que el pensar en nada era imposible, aun así decidí olvidarme de prejuicios y darle una oportunidad. Tengo que admitir que sentía temor ante la anticipación del contacto con el vacío completo del universo.

Entonces medité sobre el vacío absoluto que es la materia, el sentido, y el yo. Lo huecas que son las palabras. Lo intrascendente de nuestro devenir diario. Se inmiscuyó la idea que había rondando por la cabeza, que la naturaleza de D. es pandeísta, es decir que todos formamos parte de Él, porque al crear, D. se creó a sí mismo. Todo es nada, Todo es D.; continuemos con el silogismo, D. es Nada. Y en eso el vacío llenó mi mente, tan sólo un instante pues mi sorpresa me sacó inmediatamente de la meditación. Toqué el vacío.

El vacío no es lo que yo pensaba. Ahí donde nada es, no hay frío. Porque sentí, alrededor mío, dentro de mí, por todas partes, la presencia de ese Vacío que todo lo llena, y que es D. Me sentí abrazado de la forma más absoluta posible, pues el abrazo provenía de mí, de fuera de mí, de todas partes y de ninguna. En ese pequeño instante en que toqué el vacío me di cuenta que el vacío está lleno de calor, que ese Calor es Amor y que ese Amor es D.

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